domingo, 23 de junio de 2013

La cerveza

Hace miles de años, tal vez antes que el vino, un tipo de cerveza era ya consumido en Babilonia, 4000 años antes de Cristo, la llamaban “Siraku” y en Egipto “Zythum”, con adición de azafrán, miel, jengibre y comino, atribuyendo su origen al capricho de Osiris.

Estaba realizada a base de granos o de panes no consumidos, puestos a fermentar de forma natural, a los que se añadían hierbas, miel y otros condimentos. Esta cerveza contenía menos azucares y por lo tanto menos graduación. Resistía menos tiempo, pues se deterioraba con facilidad. Actualmente, la geminación, el malteado, la adición de flores de lúpulo y sobre todo las levaduras nuevas, han creado las actuales miles de variedades de cervezas.

La cerveza siempre fue muy popular, competía con el vino, pero en zonas donde no se lograba cultivar la vid la cerveza se adueñó del mercado, era un bien esencial, muchas veces apoyado por las autoridades. En Egipto se llegaba a pagar el salario con cerveza y los fabricantes estaban exentos de ir a hacer la guerra siempre y cuando acompañasen a las tropas sirviendo dicha bebida. En Grecia no tuvo tanto éxito, debido al buen vino, sin embargo en Roma, sí.

En España, hay dos datos curiosos, San Isidro, en tiempos de los visigodos, llamaba a la actual Córdoba, Cervicia, por la calidad de sus cebadas y el lúpulo que daban sus tierras. Cuando se pide una “caña”, formula popular para pedir una cerveza de barril, se hace mención a la forma habitual de beberlas antiguamente: con una caña para evitar beber trozos de pan.

Ya en la Edad Media nacería la "cerevisa monacorum", cerveza de los monjes con denominación de origen, cuyo secreto guardaba celosamente cada fraile boticario. Más de 500 claustros en el siglo XV fabricaban diferentes cervezas. En 1516 el duque de Baviera Guillermo IV promulga la primera ley de pureza de la cerveza alemana, que prescribía el uso exclusivo de malta de cebada, agua, lúpulo y levadura; al igual que Hamurabi, muchos siglos atrás en Babilonia, ordenara su comercio.

La cerveza contiene alta cantidad de vitaminas y minerales, sobre todo fósforo y vitaminas solubles del grupo B, importantes para el equilibrio nervioso, como la riboflavina (B2), que facilita la digestión, piridoxina (B6), niacina, folatos y ácido fólico, y tianina (B1), actúa sobre el metabolismo de los glúcidos. Su aporte calórico no va más allá de las 150 Kilo calorías por vaso. Contiene fibras naturales y es muy baja en colesterol. La espuma de la cerveza era empleada para cuidar la piel y desarrollar el busto.

En la cocina, la acción de sus levaduras, el amargor que da el lúpulo y el gas carbónico, combina muy bien con muchos platos, realzando sus sabores, ya sean salados o dulces. Así, recomendamos varias recetas, como el pollo a la cerveza, los buñuelos de manzana al Jerez, la sopa de cerveza o las galletas de cerveza.

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